De lejos se ve lo enorme que es, pero de cerca es impresionante.
Es el más apartado, no todo el mundo lo ve de cerca pero es precioso igual que los otros.
Muy curioso saber las dimensiones que tenía el palacio, cuesta imaginarlo hoy en día.
Para sentarse un ratito y observar con detalle a Neptuno luchando contra el pulpo.
Hay tantos restos que muchos están prados de cualquier manera. Pedazos de mármol tallado de 2000 años usados como asientos. Muy curioso.
Los romanos lo odian, pero es de las ciudad más impactantes que te encuentras por la ciudad.
El palacio es bonito y la colección también, pero creo que el precio de la entrada es algo excesivo para lo que es en realidad.
Las cervezas son caras, pero es un buen sitio para descansar y pedir algo de comer (los platos son enormes, ojo con eso).
La plaza es bonita, en especial su fuente central, pero está tan llena de gente que apenas ser puede apreciar.
Muy bonita, pero casi tienes que ponerte un burka para entrar su eres mujer... Pero es la casa de todos ehh
Buena bollería, pero por ejemplo los cruasanes con crema de pistacho sólo tienen el pegote que se ve, no está relleno por dentro y son 20cts más por eso.
Buena comida en este pequeño restaurante escondido. La pega es que la cocina es lenta y te toca esperar un buen rato entre los entrantes y el plato principal.
Siempre ponen un bizcochito con el café. Los desayunos son grandes, y el cruasán esta muy bueno.
Probamos los creps y están deliciosos, tenemos que volver a probar las pizzas porque tenían una pinta estupenda.
De las tapas más grandes que encontrarás en Valladolid al pedir una caña. El queso y el salchichón están realmente buenos.
